Estuvimos en la finalización del proyecto “Escuelas rurales seguras: una estrategia tecnológica de evaluación multiamenaza y reducción del riesgo”, desarrollado por docentes, investigadores y estudiantes de la Universidad de Medellín, la Universidad Nacional de Colombia (Sede Medellín) y la Universidad EIA, a través del G8.
María Guadalupe Saldarriaga Garcés, tiene 8 años, cursa segundo grado de primaria en el Centro Educativo Rural (CER) Emiro Kastos, ubicado en la Vereda el Morro del municipio de Amagá, Antioquia. Hace 3 años esta institución tuvo que ser cerrada debido a un deslizamiento de tierra, que generó inestabilidad del talud lateral de la institución afectando un aula de clase y el cuarto de baños, por lo que los niños y niñas fueron reubicados en otro centro educativo.
Bajo este contexto y tras construir una matriz de identificación y clasificación de las escuelas rurales en Antioquia con las características sísmicas y geológicas generales a partir de un diagnóstico, las universidades participantes del proyecto eligieron a este Centro Educativo Rural (CER) para desarrollar el piloto del proyecto “Escuelas rurales seguras: una estrategia tecnológica de evaluación multiamenaza y reducción del riesgo”.
Según Albeiro Rendón Rivera, profesor del Departamento de Geociencias y Medio Ambiente, y quien participó en este proyecto, la intervención en este centro comenzó con un diagnóstico integral de las principales problemáticas, entre las que se destacan: amenaza ante movimientos en masa, agrietamientos en las paredes, talud lateral con inestabilidad y problemas de recolección de aguas lluvias.
“Durante el diagnóstico se dispusieron unos formularios para la recolección de datos a través de una aplicación móvil, que fue usada en más de 130 CER, los cuales se visitaron en Antioquia y cuyos datos sirvieron de insumo para construir un inventario de amenazas y una metodología de cálculo de riesgo multiamenaza. La app cuenta con una guía pedagógica donde todos los actores de un centro educativo rural puedan comprender los conceptos y puedan alimentar la aplicación sin conocimientos previos”, explicó el docente.
Tras la realización del diagnóstico, los docentes aplicaron una estrategia de reducción para recuperar la infraestructura y mejorar la estabilidad del talud aplicando técnicas de bioingeniería, usando materiales asequibles para la comunidad como guadua, madera y plantas.
A continuación, el docente explica la intervención en la institución y detalles del diagnóstico realizado a los centros educativos rurales en el departamento de Antioquia…
El docente agregó, que más allá del mejoramiento en la infraestructura, se realizó un trabajo integral en gestión de riesgo, es decir, un trabajo social y pedagogía con los niños y niñas, líderes comunitarios, profesores y padres de familia.
Ricardo León Bonnet, docente de la Universidad de Medellín, institución que coordinó el proyecto, afirmó que “el común denominador o patrones los cuales se hallaron durante el diagnóstico tienen que ver con que la mayoría de escuelas fueron diseñadas sin ningún tipo de normativa sismorresistente, no cuentan con mantenimientos preventivos y fueron construidas en zonas de amenaza alta por fenómenos geológicos”.
El docente de la U. de Medellín nos contó lo que sigue con la finalización del proyecto piloto y otros aspectos de la intervención integral…
Según John Jairo Gallego Montoya, Ingeniero Geólogo egresado de la Facultad de Minas y quien participó en el proyecto, las sedes educativas rurales presentan una infraestructura deficiente y en alto riesgo asociado a fenómenos como deslizamientos, avenidas torrenciales, vendavales o eventos sísmicos, es por esa razón que nace este proyecto, el cual buscaba desarrollar estrategias integrales novedosas para reducir ese riesgo.
Adriana Leguizamón Peña, docente del municipio de Amagá, nos describió la experiencia con este proyecto y la importancia de proponer estrategias de reducción de riesgos para las escuelas rurales del departamento de Antioquia…
Luego del trabajo de las universidades el cual duró alrededor de dos años, tanto María Guadalupe como otros 8 niños y niñas quienes pertenecen a este CER y sueñan con ser futbolistas, policías, bailarines y veterinarios; manifestan sentirse más seguros, y ahora podrán estudiar más tranquilos y practicar sus deportes y actividades favoritas como baloncesto, fútbol, saltar la cuerda, ´chucha cogida´ y ´ponchado´.
Finalmente, los niños y niñas en conjunto con un grupo de estudiantes de la Facultad de Minas de la UNAL Sede Medellín y de la Universidad de Medellín diseñaron y pintaron un mural para conmemorar la culminación del proyecto, en un acto conmemorativo en el que participaron los 9 niños y niñas del centro educativo, profesores, docentes investigadores y la directora de la Institución Educativa Urbano Ruíz.
Por/AMR